Restauración Laguna de La Janda

El siguiente texto fue realizado hace ya algunos años –hace cinco más o menos– y en él se recogen algunas ideas de asociaciones y de expertos sobre la importancia de recuperar la Laguna de La Janda y sobre su posible restauración.

La mayoría de ideas están basadas en el libro Bases ecológicas para la restauración de los humedales de La Janda (Cádiz, España), que fue el grueso de una tesis doctoral, defendida en 1999, de Manuel Ángel Dueñas López, realizada bajo la dirección de José Manuel Recio Espejo, que obtuvo la calificación de Sobresaliente Cum Laude y mención de Doctor Europeo.

Conste que no voy a entrar en la polémica de si es algo bueno o malo porque soy consciente de que muchas familias viven de ello. Sólo me limito a exponer una corriente de opinión muy extendida, por cierto.

Laguna de La Janda

La Universidad de Córdoba, AGADEN y la Asociación de Amigos de la Laguna de la Janda, perteneciente a Ecologistas en Acción son dos de las organizaciones que han tomado la iniciativa en cuanto a poner en práctica el proyecto de reconstrucción de la laguna de La Janda.

Bases ecológicas para la restauración de los humedales de La Janda (Cádiz, España), 1999, un libro escrito por Manuel Ángel Dueñas López y José Manuel Recio Espejo y editado por la Universidad de Córdoba, constituye todo un tratado para posibilitar la recuperación parcial de este importante complejo palustre de La Janda.

Los pueblos que integran la Mancomunidad de Municipios de La Janda (Conil, Vejer, Barbate, Medina Sidonia, Benalup–Casas Viejas, Alcalá de los Gazules, Paterna y San José del Valle) más Tarifa, que también se encuentra próximo a esta área de municipios de la Cuenca del río Barbate, se han mostrado de acuerdo en menor o en mayor medida para intentar hacer todo lo posible por recuperar lo perdido.

La laguna fue finalmente desecada en 1967 tras un largo proceso, lo que supuso la pérdida de numerosas especies, como la grulla, que únicamente vivía aquí dentro de la zona de la ribera del mar Mediterráneo. No obstante, esta destrucción del hábitat natural, no ha conseguido poner fin al rico ecosistema de la zona, aunque sí lo ha mermado bastante.

Según estudios ecológicos, actualmente la zona sigue manteniendo un alto valor ecológico, que es similar al del Parque Nacional de Doñana, al que incluso supera en época seca.

Así pues, la zona de los humedales de La Janda se mantiene con una gran riqueza y sigue siendo famosa entre los ornitólogos de todo el mundo. Esto se puede ver con ejemplos tales como la decisión tomada hace poco tiempo de utilizar este entorno para la reintroducción del águila pescadora tras su extinción de la Península Ibérica, con ejemplares traídos desde Finlandia.

No olvidemos, que en esta zona hay gran variedad de aves rapaces, las más características es el águila imperial, endémica de esta zona y que es la especie de águila más amenazada de Europa.

De ahí la importancia de que este valioso ecosistema consiga mantenerse, e incluso, con los proyectos de reconstrucción parcial pueda aumentarse para recuperar el esplendor de antaño.

Y es que la zona palustre de La Janda, simboliza el ocaso de los grandes humedales de la Península Ibérica y fue desecada al igual que lo fueron la laguna de Antela (Orense) o La Nava (Palencia). El de La Janda era con 6000 hectáreas el humedal más grande del sur de Europa, y sólo la laguna homónima poseía una superficie de 3500 hectáreas.

Actualmente la mayoría de los terrenos de este entorno se dedican al cultivo agrícola, con una gran mecanización. La mayor parte de estas tierras se encuentran dentro del término municipal de Vejer de la Frontera, a donde pertenece el complejo agrícola de Las Lomas, uno de los espacios dedicados a la agricultura intensiva más importantes de Europa, cuyos propietarios son la familia Mora-Figueroa. El arroz es el cultivo mayoritario.

Pero los humedales lejos de estar completamente desecados resurgen en forma de grandes inundaciones, que forman extensas láminas en los periodos de fuertes lluvias. Así, el objetivo que se estableció hace unas tres décadas de desecar la laguna de La Janda no han sido todavía cumplidos.

No obstante, estas inundaciones han variado el curso de las plantaciones y del cultivo, y los resultados no han sido rentables en sí mismos. Los propietarios sólo han podido subsistir por los generosos fondos de la PAC (Política Agraria Común) y de las primas de los seguros agrícolas, cada vez que se producían las inundaciones.

Estas mismas inundaciones han hecho que el cultivo vaya derivando poco a poco hacia el monocultivo del arroz, dejando a un lado otros menos rentables como el maíz, el girasol o el algodón.














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